miércoles, 31 de enero de 2018

Por Fin Puedo Respirar!!!


Hace un año me encontraba en ésta tesitura.


Aún recuerdo la tarde en la que Susana (mi enfermera del turno de tarde) quiso ponerme un tapón en la traqueotomía para quitarme la ventilación asistida. Llevaba unos días respirando con poca ayuda de la máquina e iba siendo hora de retirarla. Con una de sus sonrisas se acercó a mi cama y me dijo lo que había pensado. Entré en modo pánico, frente a la posibilidad de tener que respirar yo sola sin la ayuda del respirador automático, pero aún así, asentí para darle mi consentimiento. Ella retiró el tubo, sacó el tapón e intentó ponérmelo, pero no  funcionó.

A la mañana siguiente se lo comenté a Conchi, mi enfermera de la mañana. Siempre me comunicaba por señas o escribiendo en un papel y otras veces conseguía que me leyesen los labios ya que con la traqueotomía no podía hablar. Con una sonrisa me dijo: eso lo soluciono yo ahora mismo. Entonces me retiró el tubo y me puso una gasa sujeta con un esparadrapo en el hueco de la traqueo para tapármela. A continuación apagó el respirador y me liberó de él para siempre. 

La sensación de respirar por tí mismo es increíble. Yo me asombraba de las cosas que hacemos de manera automática todos los días de las no somos conscientes. Para mí era todo un reto respirar, masticar y tragar al mismo tiempo. ¡Era algo impensable! y sin embargo lo hacemos a diario sin darnos cuenta.

Allí con la cama incorporada esperé impaciente a que llegara mi familia. Me encontraba pletórica.

Mi cama estaba en un lugar privilegiado de la sala, frente a la puerta y al mostrador de enfermería. Por eso, cuando vi que mi marido atravesaba la puerta que separaba la uci del resto de la segunda planta del hospital, lo recibí con una amplia sonrisa. ¡¡lo había conseguido, por fin estaba libre de la máquina, estaba respirando yo sola!!

Al llegar mi marido me dio un beso y yo, poniéndome el dedo sobre el esparadrapo le dije: Hola.

¡¡¡Fueron mis primeras palabras en un mes!!!


Por fin había conseguido la llave para salir de la uci y trasladarme a una habitación individual.

Como el hueco no se cerró bien, tuve que volver a pasar por el quirófano otra vez antes de volver a casa. Ya que estaba dormida aprovecharon para cerrarme una herida muy profunda que tenía en la tripa y que antes no me la habían cerrar porque estaba muy débil. Fue la tercera intervención quirúrgica en poco más de un mes.

Y como tenía tantas ganas de volver a casa, conseguí que me enviasen un día después de la intervención.

Había acabado mi largo ingreso hospitalario. Contra todo pronóstico volvía a casa.



                                                                         Paula Cruz Gutiérrez.

No hay comentarios: